Niños en
la clase anterior aprendimos que el primer hombre que se llamaba Adán que fue
formado por el polvo de la tierra. Dios moldeó el hombre en el barro, de
acuerdo a su imagen y semejanza. Y para que Adán no viviese solito, Dios sacó
una de sus costillas e hizo a la mujer, que se llamaba Eva. Ellos vivían en un
lindo jardín del Edén y nada les faltaba. En el jardín había oro y piedras
preciosas, los ríos eran lindísimos.
Todas las
tardes, Dios andaba en aquel lugar. ¿Eso es muy fuerte, no es cierto niños?
Diariamente Dios visitaba a Adán y Eva, y conversaba con ellos. ¡Era todo tan
maravilloso!
La
pareja estaba feliz en aquí paraíso creado especialmente para ellos que hasta
andaban sin ropas, pues no había maldad y creían que era normal de la forma que
vivían. Hasta que un día, por causa de la desobediencia, algo muy malo ocurrió.
¿Ustedes se acuerdan que Dios le dijo a Adán para no comer del fruto del árbol
del conocimiento del bien y del mal? (*espere la participación) Ocurre que el
diablo entró en una serpiente, una culebra, y aproximándose a Eva preguntó:
- ¿Es verdad que Dios mandó que ustedes no
comiesen las frutas de ningún árbol del jardín? Niños, la serpiente hizo esta
pregunta solo para confundir la mente de la mujer. Eva, respondió:
- Podemos comer los frutos de cualquier
árbol, menos la fruta del árbol que queda en el medio del jardín. Dios nos dijo
que no debemos comer de esa fruta, ni tocar en ella. Si lo hacemos, moriremos.
-
¡Ustedes no morirán de ninguna forma! Dios dijo eso porque sabe que, cuando
coman la fruta de ese árbol, sus ojos se abrirán, y ustedes serán como Dios,
conocedores del bien y del mal. La serpiente, o sea, el diablo, estaba tentando
a Eva para que desobedeciese a Dios. Eva comenzó a observar el árbol y vio que
la fruta era bonita y parecía ser muy deliciosa también. Entonces ella tomó la
fruta, comió y le dio a Adán, que comió también. En aquel momento, ellos
tuvieron el entendimiento de las cosas correctas y las equivocadas y vieron que
estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de un árbol e hicieron unas fajas
para vestirse. A la tardecita, como era de costumbre, Dios fue a buscar a Adán
y Eva para conversar con ellos. Él los llamó, llamó y nada, ellos ni aparecían.
¿Saben lo que ellos hicieron niños? Ellos se escondieron de Dios, pues estaban
con miedo y avergonzados de lo que hicieron. Por causa de la desobediencia de
ellos, Dios fue obligado a expulsarlos del jardín y colocar ángeles para
guardar el camino del árbol de la vida.
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