INDIGNACIÓN

"La indignación es energía, sirve para el bien o para el mal, dependiendo de quien la maneje" La mayoría de los indignados ha usado esa fuerza para ser el mal. El joven indignado con los problemas familiares se desvía hacia las drogas y hasta es conducido a la criminalidad. La persona es un pozo sin salida usa su indignación para terminar con su vida.

Quien fue traicionado usa su fe para vengarse de aquel que lo traicionó. Así cada uno usa su indignación como combustible.

El indignado no mide las consecuencias cuando usa sus fuerzas para hacer el mal, por eso ha asumido su posición de perdido y ha exteriorizado su indignación en forma de odio. ¡Imagine esa indignación al servicio de Dios!

El resultado será exteriorizar el odio contra las fuerzas espirituales malignas, que causan las injusticias. Con la dirección divina, ese poder no sólo va a revertir la situación propia, si no la de todos. Cuando la indignación es usada en sociedad con Dios, promueve el bienestar personal y el de los familiares.

¿Cómo? Permitiéndole ser poseído por el Espíritu de Dios. Haga una prueba: ponga su indignación al servicio de Dios. ¡Ella despertará la fe pura y será un éxito rotundo!

Obispo Edir Macedo