Del 19 al 24 de junio
Elías era un obediente hombre de Dios y enseñaba a las personas solamente lo que agradaba a Dios. En la ciudad donde Elías vivía, no llovía desde hace muchos días. Las florcitas y las plantaciones estaban muy secas y muriendo, porque no había agua para mojarlas; para lo caballos no había pasto para comer y hasta el agua para las personas estaba acabando.
Amiguitos que cosa seria ¿verdad? Fue entonces que Elías fue al monte, se arrodilló, colocó su rostro en el piso y oró para que Dios haga llover.
Cuando terminó de orar, pidio a su amigo para que fuera a ver si en el cielo estaban apareciendo nubes oscuras. Pero el cielo estaba azulito, ni parecia que quería llover. Pero Elías continuo orando dos, tres, cuatro, cinco, seis y siete veces. Después de eso preguntó nuevamente a su amiguito: ¿Y ahora? el respondió: Ahora si, veo una nube oscura del tamaño de mi mano. Y de repente comenzo a soplar fuerte, y a llover mucho.
Vieron amiguitos, Dios respondió la oración de Elías. ¿Saben por qué? Porque él era una persona buena y verdadera. Si fuéremos igual a él, nuestro Padre del Cielo también nos irá bendecir...¡Amén!
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