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viernes, 25 de enero de 2013

UNIDAD N°3 (Enero 2013)

EL SEMBRADOR:
Del 27 de enero al 1 de febrero.-

Clase, al Señor Jesús le gustaba enseñar a las personas haciendo comparaciones. Cierto día, el estaba a la orilla del rio y de repente millares de personas se reunieron delante de Él. Entonces El aprovecho y comenzó a contar una historia de un sembrador que salió para plantar sus semillas.
Mientras el andaba por un largo camino, una parte de las semillas cayó en el suelo y los pajaritos que volaban por allí se las comieron.
Otra parte de las semillas cayo entre las piedras, y hasta comenzó a florecer pero por no tener tierra no pudo crecer y con el sol se quemaron y murieron. La tercera parte cayo sobre los espinos que se ahogaron y también murieron. Pobrecitas!
Pero la última parte de las semillas cayeron en una tierra muy buena para la plantación y las semillas crecieron y dieron buenos frutos, lo que dejo al sembrador muy feliz.
Saben lo que quiere decir esta historia? La semilla es la Palabra de Dios, y el suelo donde cayeron representa cada corazón. Cuando escuchamos la Palabra de Dios y no obedecemos dejamos que el diablo venga y nos robe lo que aprendimos sobre Dios. Esta es la semillita que cayó en el camino.
Cuando recibimos la Palabra de Dios con alegría, solo por un momento, y después no deseamos escucharla más, somos comparados a aquellas semillitas que cayeron entre las piedras. Y la que cayó entre espinos? Esta representa aquellas personas que les gusta mas las cosas que desagradan a Dios, como mentir, robar, desobedecer a los padres, ser malcriados… dejando que estas cosas sofoquen la semilla de la Palabra de Dios que fue plantada en su corazón. Ya, las personas que escucharon la Palabra de Dios y la practicaron son comparadas a aquellas semillas que cayeron en la buena tierra y dieron buenos frutos.

CONCLUSIÓN: Saben niños, los tipos de suelo que cada semillita cayo representan los corazones. La buena tierra donde ella creció y dio frutos y el corazón de la persona fiel y temerosa de Dios. Nuestro corazón debe ser esa buena tierra que recibe la Palabra de Dios con amor, alegría y fe y practica las enseñanzas de Jesús. Quien hará de su corazón la buena tierra, levante la mano y diga YO!. Amén!

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