"...yo honrare a los que Me honran, y los que me desprecian serán tenido en poco" (1º Samuel 2:30)Existe quien valora más a sus hijos, padres, maridos, mujer, novio o novia que al Señor Jesús;
Existe quien aprecia más su nombre, reputación, su carrera, su posición social, sus bienes materiales que al Señor Jesús;
Existe quien se ocupa más de su casa, su auto, sus joyas, ropa y zapatos que de su fe cristiana;
Existe quien adore más a su propia vida que al creador;
Existe más quien invierte más en su propia gloria que en la gloria de Dios;
Existe quien respete y tema más al diablo que a Dios;
Existe quien defiende más su religión que a su propia fe;
Finalmente, existe quien cela más su propio cuerpo perecedero que su alma;
Por eso el Señor Jesús les dice:
"Porque ¿que aprovechará al hombre, si ganaré todo el mundo, y perdieré su alma?¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?" (San Mateo 16:26).
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